En esta ocasión integramos la rodada nuevamente
doce ciclistas (los ya míticos
doce del patíbulo). Once nos dimos (finalmente) cita en el Ángel de la Independencia:
Gaby, Quique, Matusalén, Héctor, Leonardo, Tatanka, José, Lázaro, Ricardo, Tonatiuh y un servidor. Fabián se incorporaría mas tarde al pelotón sobre Puente de Vigas. (Ricardo y Tonatiuh sólo llegarían al Ángel a saludar al
personal).
Abandonamos la glorieta del Ángel cinco minutos antes de las 22:00, tomando Río Tíber para entroncar con Marina Nacional y después Aquiles Serdán, arribando finalmente a Presidente Juárez (antes Puente de Vigas) y al centro de Tlanepantla a las 22:40, donde nos detuvimos en un Oxxo a surtirnos de alimentos.
Tras el ascenso de Barrientos tomamos Gustavo Baz, entroncando después con la Av. 16 de Septiembre, o Carretera Cuauititlán - Coyotepec, justo donde se encuentra el centro comercial Perinorte (23:24), la cual nos llevo primero a Tultitlán (23:33) y finalmente a Cuautitlán (00:09). Fue aquí en Cuautitlán donde hicimos un re-agrupamiento para esperar a un compañero (Lázaro) que venía ya muy retrasado. Al arribar finalmente todos a Cuautitlán, Tatanka decidió emprender el retorno a la Ciudad de México, pues tenía un compromiso muy fuerte que atender del trabajo a las 06:00 de ese sábado. Se despidió por tanto del grupo, llevándose consigo a los dos compañeros de reciente ingreso: Lázaro y José.
Una vez compactados, el resto del grupo rodamos ya sin pausas sobre la misma carretera Cuautitlán - Coyotepec hasta el entronque del puente San José, tomando ahora la carretera San José del Puente - Teoloyucan, la cual se convierte en Av. Insurgentes para arribar finalmente a Tepotzotlán a la 01:00, pues tuvimos una ponchadura pasando la autopista México - Querétaro.
De Tepotzotlán el grupo rodó
non-stop sobre la ruta a El Sitio (la Av. Insurgentes), cruzando en su camino los poblados de San Mateo Xoloc (01:13), Santa Cruz (01:17), La Luz (donde hicimos un re-agrupamiento a las 01:25), La Concepción (01:44), El Jaguey (01:49), arribando finalmente a la desviación hacia El Sitio en el Puerto de los Huizaches hacia las 01:59, justo donde da inicio la carretera a Villa del Carbón. Cabe aclarar que todo este trayecto lo hicimos bajo la más impresionante oscuridad, pues la noche era de luna nueva, y sólo encontrábamos alumbrado público en los pueblos que íbamos cruzando. Pero entre los pueblos no contábamos mas que con nuestras lámparas para ir alumbrándonos el camino, pues éste era para entonces literalmente una boca de lobo.
Una vez tomada la desviación al Sitio desde el Puerto de los Huizaches (alt: 2430 m) a las 02:00, comenzaría ahora un duro ascenso sobre una carretera en pésimas condiciones. La carretera se encuentra llena de baches y hoyos en toda la extensión de la
pista asfáltica. Prácticamente,
no había para donde hacerse en nuestro afán de evitar los baches y hoyos que llenaban lo que alguna vez fue la pista asfáltica de dicha carretera. Además, el trayecto era de subida, pues teníamos que ir rodeando el pico montañoso de Peña Colorada.
En nuestro camino a El Sitio, nuestro último contacto con la civilización sería el cruce por Las Cabañas: un hermoso centro de desarrollo vacacional (el cual cuenta inclusive con albercas) a las 02:17. Tras Las Cabañas se mostraría frente a nosotros el verdadero rostro del desierto: una extensión interminable de terreno, montañas, piedras, algunos huizaches, y ciertamente: algunos ojos de agua. Cabe recordar que el grupo se detuvo por algunos momentos en estos ojos de agua para disfrutar la espectacular vista que el nocturno desértico proporcionaba.
Era realmente alucinante la vista, sólo imagínensela: luna nueva (es decir: sin luna), tan sólo el halo de luz ámbar reflejado de la ciudad, un silencio sepulcral a las casi tres de la mañana (02:53). Además, la vista de las montañas que conforman la Peña Colorada, el paisaje desértico con sus piedras sobre el polvo. Y por si esto fuera poco, varios ojos de agua con el agua cual espejo de azabache. Realmente era como estar en otro planeta :-)
Arribamos a la entrada del
Centro Eco-turístico y de Educación Ambiental Arcos del Sitio (placa del lugar
dixit) justo a las ... !
Tres de la mañana ¡ En la entrada del parque ya nos esperaban (desde hacía 15 minutos) los punteros del grupo: Matusalén y Fabián. Al descender de nuestro corceles nos dimos cuenta del endiablado frío que tendríamos que soportar. El termómetro de muñeca de Matusalén marcaba 3 grados centígrados, por lo cual la temperatura del lugar se encontraba ciertamente por
debajo de los cero grados centígrados.
En cuanto llegamos a la puerta de la entrada del parque de los Arcos del Sitio, exploramos las posibilidades de rentar una cabaña allá en el Sitio para guarecernos del frío, pero el vigilante (que se encontraba en la caseta de la entrada) nos dijo que no había tales cabañas, sólo había disponible otra caseta de vigilancia, pero sin cobijas ni colchones, es decir, la pura caseta: techo y paredes. Dado que pernoctar bajo estas condiciones en El Sitio era aún peor que regresarse rodando a México, decidimos iniciar el retorno a la Ciudad de México (tras una breve sesión fotográfica) a las 03:44.
El retorno fue algo así como una misión imposible. La temperatura descendía cada vez más y más, haciendo insoportable el dolor en nuestros dedos de las manos y pies. Cruzamos por Las Cabañas a las 04:30, donde yo tuve que detener mi marcha pues el dolor en los dedos se hizo realmente insufrible. Alcanzamos la desviación a Villa del Carbón a las 04:56, donde tras esperar brevemente (por el frío) a Leonardo y Héctor, el sub-grupo del medio (formado por Quique, Gaby y un servidor) decidió iniciar el retorno al centro de Tepotzotlán, al cual arribamos a las 05:30. Milagrosamente encontramos una tienda abierta justo frente al Ex-Convento jesuita de San Francisco Xavier, ahora Museo Nacional del Virreinato. Realmente, nos moríamos de frío y hambre, por lo que la aparición de esa tienda (con café caliente) fue prácticamente providencial.
Esperamos media hora al resto del grupo, en lo que comíamos y bebíamos algo en la tienda. Le hablamos por celular a Héctor para saber que era de ellos y nos dijeron que ya iban (Leonardo y él) a bordo de un autobús rumbo a Cuautitlán (el cual tomaron al llegar al entronque con la carretera que va a Villa del Carbón, en el Puerto de los Huizaches), de donde tomarían otro autobús hacia el Toreo. Mas tarde nos comunicaríamos con Matusalén y nos enteramos de que ellos (Matusalén y Fabían) habían tomado el autobús al Toreo no en el centro de Tepotzotlán, donde nosotros (Gaby, Quique y yo) los estábamos esperando, sino en la terminal de autobuses de Tepotzotlán. Por estas razones, a las 06:00 abordamos (Gaby, Quique y yo) un autobús que nos llevaría hasta El Rosario, en la Ciudad de México, a donde arribaríamos a las 07:00.
Conclusiones: Fue una rodada nocturna muy muy dura, prácticamente la más difícil de cuantas hemos realizado. Y la que se realizó bajo el frío mas cruento de todas, aún más frío que la pasada rodada nocturna a Cuernavaca. Y este cruentísimo frío hizo que cada cada sub-grupo (se llegaron a formar cuatro sub-grupos, incluyendo al de Tatanka con los nuevos) se regresara a la Ciudad de México como pudiera, prácticamente haciendo efectiva aquella frase de
sálvese quien pueda :-) Naturalmente, ésto no es lo ideal, pero dadas las circunstancia del extremo frío (por debajo de los cero grados centígrados), ésta fue la estrategia que resultó ser la mas adecuada para un seguro retorno a México de todo el
personal.
Todas las fotos de esta rodada se encuentran disponibles en el siguiente
photosetTe esperamos para nuestra próxima rodada nocturna ... a ¡
Topilejo (DF) !