Nos dimos cita en el Ángel un buen número de ciclistas pertenecientes al grupo de los Lobos (y LobosBike), debutando con dos rutas simultáneas: una ruta larga a Zumpango y la otra ruta corta a Contreras. Los ciclistas que íbamos para Zumpango iniciamos la rodada a las 21:17, con once participantes en total, de los cuaĺes diez salimos del Ángel: Gaby: nuestra hermosa ciclista insignia, Luis, Gerry, Clemente, Héctor, Quique, Ricardo, Donald, Gerardo, y un servidor. A la altura de Puente de Vigas, se incorporaría un ciclista mas (Fabián). Singular grupeta del infierno :-)
Tras cruzar Tlalnepantla rodamos compactos toda aquella bella vialidad (por lo bien pavimentada) que es la carretera Tlalnepantla-Cuautitlán, hasta justo antes de llegar a Cuautitlán, donde está la desviación a Zumpango. Fue en ese punto donde yo cometí una equivocación y me seguí derecho hasta el centro de Cuautitlán, arrastrando en mi error a otros tres ciclistas (quienes éramos la punta hasta ese momento). El resto del pelotón tomó la sabia decisión de seguirse por el libramiento a Zumpango (a la derecha). Resultado: cuatro ciclistas varados en el centro de Cuautitlán, mientras que el resto del pelotón avanzaba raudamente hacia Zumpango. Tras una pequeña pausa, los ciclistas varados decidimos cruzar por el centro de Cuautitlán hasta entroncar con la carretera a Zumpango. Sin embargo ya no pudimos darle alcance al resto del pelotón sino hasta el centro de Zumpango, pues el pelotón puntero iba ... veloz. Fue este pelotón puntero (siete ciclistas en total) quienes alcanzaron el centro de Zumpango a eso de las 23:30. El resto del grupo (quienes fueron arrastrados por mi error) llegaríamos 20 minutos después. Mil disculpas a todo el grupo, no volverá a suceder.
El tramo de Cuautitlán hasta Zumpango es de una oscuridad impresionante. Es un tramo de carretera donde prácticamente no existen grandes poblaciones (exceptuando tal vez Melchor Ocampo), por lo cual el avance sobre esta carretera transcurrió en medio de una oscuridad que no habíamos visto en alguna de nuestras anteriores rodadas. Vamos: hasta las Lagunas de Xico (en la anterior rodada a Chalco) estaban más iluminadas que el Lago de Zumpango y sus alrededores. Lo que es la diferencia entre densidades poblacionales entre las diferentes regiones de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México (norte vs. sureste). Además, el frío que hizo presa de nosotros en esas boreales latitudes fue ciertamente impresionante. Lo mejor de todo es que ni nos llovió ni heló :-)
En cuanto arribamos al centro de Zumpango, y tras la noble espera con la que el grupo puntero nos prodigó para que arribáramos los que nos habíamos desviado a Cuautitlán, procedimos a pasar a cenar a un restaurante que milagrosamente se encontraba abierto, justo en los portales del centro de Zumpango. Restaurante deliciosamente decorado, sin lugar a dudas.
Una vez saciados los terrenales apetitos, procedimos a visitar (así sea por fuera, pues estaba cerrado el atrio) el imponente templo de la Inmaculada Concepción, principal iglesia de Zumpango. Tras una corta sesión fotográfica frente a dicho templo, procedimos a emprender el largo camino a casa. Retrocedimos sobre nuestros pasos en dirección a la Laguna y procedimos a rodearla nuevamente para avanzar en dirección a Melchor Ocampo, donde hicimos una breve parada para abastecernos de agua, y poder apreciar el gigantesco árbol de Navidad que se encuentra frente al Palacio Municipal de Melchor Ocampo.
Continuamos nuestra travesía de retorno a Cuautitlán por un singular puente elevado, el cual constituye el grueso del libramiento que rodea a Cuautitlán, entroncando por fin con la carretera Cuautitlán-Tlalnepantla. Proseguimos cruzando Lechería, la Quebrada, realizando el último ascenso hacia Barrientos, para cruzar por toda Tlalnepantla hasta llegar a Puente de Vigas, donde Fabián se despidiría. Debo agradecer profundamente desde aquí a Fabián (compañero de alma mater) el auxilio que nos prestó cuando algunos miembros del grupo nos quedamos varados en Cuautitlán, para dirigirnos hacia la carretera a Melchor Ocampo.
Una vez en Puente de Vigas descendimos hacia Aquiles Serdán, desde donde el grupo comenzó a despedirse ya de algunos de sus bravos integrantes: Quique y Gerry en Azcapotzalco, Luis en la México-Tacuba, Clemente y su hijo en Melchor Ocampo, Héctor en Sullivan, para finalmente terminar la rodada arribando de regreso al Ángel cuatro ciclistas: Ricardo, Donald, Gaby y un servidor. Una misión completada más :-)
Me gustaría asimismo agradecer el apoyo que el Sr. Clemente prestó al grupo al poner como vehículo escolta a su hijo menor en motocicleta. Esta ayuda fue probablemente un gran auxilio psicológico para el grupo en general :-)
Chic@s: mis más sinceras felicitaciones por haberse decidido a afrontar este reto de rodar 110 km al amparo de la noche, por carreteras ciertamente oscuras, armados tan sólo de su valor y sobre todo, de la confianza en si mismos de que eran capaces de superar una vez más, esta prueba :-) Además, mil felicitaciones al grupo, pues esta vez: ¡ No hubo ninguna ponchadura ! :-)
Las fotografías de esta rodada se encuentran en el siguiente photoset. Los esperamos cordialmente para nuestra próxima rodada nocturna: ¡ A Texcoco !