sábado, 15 de marzo de 2008

Reporte de la rodada nocturna a Topilejo (DF)








En esta ocasión este reporte (debido a que salimos a la Peregrinación a San Juan de los Lagos, Jalisco) será breve. Mil disculpas.

Nos reunimos en el Ángel siete ciclistas: Gaby, Edgar, Matusalén, Quique, José, Leonardo y un servidor.

Salimos del Ángel sobre la ruta publicada, entroncamos con Tlalpan, recorrimos esta importante arteria hacia el sur de la ciudad hasta el Monumento al Caminero, tomando después la carretera libre a Cuernavaca.

Realizamos este ascenso de 500 m hasta arribar al mirador del restaurante que se encuentra a 2700 m de altitud, sobre la carretera federal a Cuernavaca. Tras una breve sesión fotográfica, nos dirigimos hacia la desviación a Topilejo, poco después de este punto.

Aunque algunos de los Lobos deseaban seguir rodando hasta Cuernavaca, nos dirigimos hacia el centro de Topilejo, para lo cual realizamos un descenso hasta la autopista de cuota.

Una vez en el centro de este extraño pueblo, realizamos otra breve sesión fotográfica, justo frente al templo de San Miguel Arcángel. Tras de esta visita, abandonamos Topilejo, descendiendo hacia la ciudad de México via la autopista de cuota de Cuernavaca.

El descenso fue algo paradisiaco, pues la autopista está completamente señalizada, con luces azules entre carriles, por lo cual de noche parece pista de avión. Fue realmente un placer rodar de bajada y a la luz de la luna sobre esta magnífica pista.

A la llegada a la ciudad, y al inicio del Viaducto Tlalpan decidimos ir a cenar unos tacos a Culhuacán, donde fuimos atendidos a cuerpo de rey :-)

Todas las fotos de esta rodada se encuentran disponibles en el siguiente photoset

Te esperamos para nuestra próxima rodada nocturna ... a ¡ Acolman (Edo Mex) !

martes, 11 de marzo de 2008

Reporte de la heroica rodada nocturna a los Arcos del Sitio (Mex)








En esta ocasión integramos la rodada nuevamente doce ciclistas (los ya míticos doce del patíbulo). Once nos dimos (finalmente) cita en el Ángel de la Independencia: Gaby, Quique, Matusalén, Héctor, Leonardo, Tatanka, José, Lázaro, Ricardo, Tonatiuh y un servidor. Fabián se incorporaría mas tarde al pelotón sobre Puente de Vigas. (Ricardo y Tonatiuh sólo llegarían al Ángel a saludar al personal).

Abandonamos la glorieta del Ángel cinco minutos antes de las 22:00, tomando Río Tíber para entroncar con Marina Nacional y después Aquiles Serdán, arribando finalmente a Presidente Juárez (antes Puente de Vigas) y al centro de Tlanepantla a las 22:40, donde nos detuvimos en un Oxxo a surtirnos de alimentos.

Tras el ascenso de Barrientos tomamos Gustavo Baz, entroncando después con la Av. 16 de Septiembre, o Carretera Cuauititlán - Coyotepec, justo donde se encuentra el centro comercial Perinorte (23:24), la cual nos llevo primero a Tultitlán (23:33) y finalmente a Cuautitlán (00:09). Fue aquí en Cuautitlán donde hicimos un re-agrupamiento para esperar a un compañero (Lázaro) que venía ya muy retrasado. Al arribar finalmente todos a Cuautitlán, Tatanka decidió emprender el retorno a la Ciudad de México, pues tenía un compromiso muy fuerte que atender del trabajo a las 06:00 de ese sábado. Se despidió por tanto del grupo, llevándose consigo a los dos compañeros de reciente ingreso: Lázaro y José.

Una vez compactados, el resto del grupo rodamos ya sin pausas sobre la misma carretera Cuautitlán - Coyotepec hasta el entronque del puente San José, tomando ahora la carretera San José del Puente - Teoloyucan, la cual se convierte en Av. Insurgentes para arribar finalmente a Tepotzotlán a la 01:00, pues tuvimos una ponchadura pasando la autopista México - Querétaro.

De Tepotzotlán el grupo rodó non-stop sobre la ruta a El Sitio (la Av. Insurgentes), cruzando en su camino los poblados de San Mateo Xoloc (01:13), Santa Cruz (01:17), La Luz (donde hicimos un re-agrupamiento a las 01:25), La Concepción (01:44), El Jaguey (01:49), arribando finalmente a la desviación hacia El Sitio en el Puerto de los Huizaches hacia las 01:59, justo donde da inicio la carretera a Villa del Carbón. Cabe aclarar que todo este trayecto lo hicimos bajo la más impresionante oscuridad, pues la noche era de luna nueva, y sólo encontrábamos alumbrado público en los pueblos que íbamos cruzando. Pero entre los pueblos no contábamos mas que con nuestras lámparas para ir alumbrándonos el camino, pues éste era para entonces literalmente una boca de lobo.

Una vez tomada la desviación al Sitio desde el Puerto de los Huizaches (alt: 2430 m) a las 02:00, comenzaría ahora un duro ascenso sobre una carretera en pésimas condiciones. La carretera se encuentra llena de baches y hoyos en toda la extensión de la pista asfáltica. Prácticamente, no había para donde hacerse en nuestro afán de evitar los baches y hoyos que llenaban lo que alguna vez fue la pista asfáltica de dicha carretera. Además, el trayecto era de subida, pues teníamos que ir rodeando el pico montañoso de Peña Colorada.

En nuestro camino a El Sitio, nuestro último contacto con la civilización sería el cruce por Las Cabañas: un hermoso centro de desarrollo vacacional (el cual cuenta inclusive con albercas) a las 02:17. Tras Las Cabañas se mostraría frente a nosotros el verdadero rostro del desierto: una extensión interminable de terreno, montañas, piedras, algunos huizaches, y ciertamente: algunos ojos de agua. Cabe recordar que el grupo se detuvo por algunos momentos en estos ojos de agua para disfrutar la espectacular vista que el nocturno desértico proporcionaba.

Era realmente alucinante la vista, sólo imagínensela: luna nueva (es decir: sin luna), tan sólo el halo de luz ámbar reflejado de la ciudad, un silencio sepulcral a las casi tres de la mañana (02:53). Además, la vista de las montañas que conforman la Peña Colorada, el paisaje desértico con sus piedras sobre el polvo. Y por si esto fuera poco, varios ojos de agua con el agua cual espejo de azabache. Realmente era como estar en otro planeta :-)

Arribamos a la entrada del Centro Eco-turístico y de Educación Ambiental Arcos del Sitio (placa del lugar dixit) justo a las ... ! Tres de la mañana ¡ En la entrada del parque ya nos esperaban (desde hacía 15 minutos) los punteros del grupo: Matusalén y Fabián. Al descender de nuestro corceles nos dimos cuenta del endiablado frío que tendríamos que soportar. El termómetro de muñeca de Matusalén marcaba 3 grados centígrados, por lo cual la temperatura del lugar se encontraba ciertamente por debajo de los cero grados centígrados.

En cuanto llegamos a la puerta de la entrada del parque de los Arcos del Sitio, exploramos las posibilidades de rentar una cabaña allá en el Sitio para guarecernos del frío, pero el vigilante (que se encontraba en la caseta de la entrada) nos dijo que no había tales cabañas, sólo había disponible otra caseta de vigilancia, pero sin cobijas ni colchones, es decir, la pura caseta: techo y paredes. Dado que pernoctar bajo estas condiciones en El Sitio era aún peor que regresarse rodando a México, decidimos iniciar el retorno a la Ciudad de México (tras una breve sesión fotográfica) a las 03:44.

El retorno fue algo así como una misión imposible. La temperatura descendía cada vez más y más, haciendo insoportable el dolor en nuestros dedos de las manos y pies. Cruzamos por Las Cabañas a las 04:30, donde yo tuve que detener mi marcha pues el dolor en los dedos se hizo realmente insufrible. Alcanzamos la desviación a Villa del Carbón a las 04:56, donde tras esperar brevemente (por el frío) a Leonardo y Héctor, el sub-grupo del medio (formado por Quique, Gaby y un servidor) decidió iniciar el retorno al centro de Tepotzotlán, al cual arribamos a las 05:30. Milagrosamente encontramos una tienda abierta justo frente al Ex-Convento jesuita de San Francisco Xavier, ahora Museo Nacional del Virreinato. Realmente, nos moríamos de frío y hambre, por lo que la aparición de esa tienda (con café caliente) fue prácticamente providencial.

Esperamos media hora al resto del grupo, en lo que comíamos y bebíamos algo en la tienda. Le hablamos por celular a Héctor para saber que era de ellos y nos dijeron que ya iban (Leonardo y él) a bordo de un autobús rumbo a Cuautitlán (el cual tomaron al llegar al entronque con la carretera que va a Villa del Carbón, en el Puerto de los Huizaches), de donde tomarían otro autobús hacia el Toreo. Mas tarde nos comunicaríamos con Matusalén y nos enteramos de que ellos (Matusalén y Fabían) habían tomado el autobús al Toreo no en el centro de Tepotzotlán, donde nosotros (Gaby, Quique y yo) los estábamos esperando, sino en la terminal de autobuses de Tepotzotlán. Por estas razones, a las 06:00 abordamos (Gaby, Quique y yo) un autobús que nos llevaría hasta El Rosario, en la Ciudad de México, a donde arribaríamos a las 07:00.

Conclusiones: Fue una rodada nocturna muy muy dura, prácticamente la más difícil de cuantas hemos realizado. Y la que se realizó bajo el frío mas cruento de todas, aún más frío que la pasada rodada nocturna a Cuernavaca. Y este cruentísimo frío hizo que cada cada sub-grupo (se llegaron a formar cuatro sub-grupos, incluyendo al de Tatanka con los nuevos) se regresara a la Ciudad de México como pudiera, prácticamente haciendo efectiva aquella frase de sálvese quien pueda :-) Naturalmente, ésto no es lo ideal, pero dadas las circunstancia del extremo frío (por debajo de los cero grados centígrados), ésta fue la estrategia que resultó ser la mas adecuada para un seguro retorno a México de todo el personal.

Todas las fotos de esta rodada se encuentran disponibles en el siguiente photoset

Te esperamos para nuestra próxima rodada nocturna ... a ¡ Topilejo (DF) !

lunes, 3 de marzo de 2008

Reporte de la heroica rodada nocturna: Ciudad de México - Cuernavaca









Para esta rodada se reunieron nuevamente en el Ángel de la Independencia los doce del patíbulo: Gaby, Ricardo, Tatanka, Enrique, Tonatiuh, Matusalén, Héctor, Leonardo, Clemente, Quique, Ubaldo y un servidor.

Salimos del Ángel a las 22:00 hr, tomando la ruta mas corta (Chapultepec, Rio de la Loza y Fray Servando) para arribar a nuestro ansiado destino: ¡ Tlalpan ! Nunca antes habíamos tomado esta rápida arteria en nuestros viajes al sur de la ciudad. Y realmente fue algo hermoso hacerlo, pues rodábamos a velocidades de entre 40 y 50 km/hr, y ni siquiera en el primer carril. No señor, veníamos rodando sobre el ¡segundo carril de Tlalpan! (debido a que había muchos autos estacionados en el primer carril, debido a las nocturnas atracciones que usualmente hay sobre esa avenida). Nuevamente, la sensación de rodar a alta velocidad, en una arteria tan fuerte como lo es Tlalpan y sobre todo: el hacerlo de noche es ciertamente indescriptible ... y adictiva. Creo que de hecho, todos los Lobos nos hemos vuelto ya unos adictos a la adrenalina :-) Pasaron además unos autos en el tercer carril, tocando su claxon y echándonos porras :-)

Sin contratiempo alguno arribamos al Monumento al Caminero, donde inician tanto la autopista de cuota, como la carretera federal a Cuernavaca. Nosotros tomaríamos la carretera federal a Cuernavaca como vía para efectuar nuestra travesía hacia Tres Marías. Esta carretera inicia con un fuerte ascenso hacia San Pedro Mártir, continuando después con otro fuerte ascenso hasta la desviación al Ajusco, desde donde ya se empieza a aplanar un poco la pendiente.

A pesar de ser nocturno el ascenso y tomando en cuenta el asociado cansancio, el escalamiento al puerto de La Cima fue realizado sin pausas, sólo re-agrupando para compactar al personal.

Un poco antes de llegar a Topilejo, donde inicia la reserva ecológica de Chichinautzin, nos detuvimos unos momentos (justo a la medianoche) en el restaurante El Mirador, para poder admirar desde las alturas (alt: 2700 m) la increíble vista que el paisaje de las luces de la Ciudad de México ofrece al asombrado visitante nocturno. Tras haber terminado la sesión fotográfica de rigueur en las alturas, procedimos a continuar con nuestro ascenso hacia Parres.

Antes de llegar a Parres, en el cruce con la ciclopista, realizamos un re-agrupamiento inverso, es decir, allí una parte del grupo (Héctor, Ubaldo, Clemente y Quique) decidieron que ellos se regresarían a la Ciudad de México a partir de ese punto, pues Ubaldo ya se sentía un poco agotado. Por tanto, nos despedimos de ellos en ese punto, continuando el resto del grupo (Matusalén, Ricardo, Tatanka, Enrique, Tonatiuh, Gaby y un servidor) rodando cuesta arriba en dirección a Parres. Justo en la despedida de Héctor y compañía decidimos que no haríamos ya más re-agrupamientos sino hasta Tres Marías, pues el frío era bastante cruento, por decir lo menos.

Cruzamos por tanto Parres, donde todo estaba cerrado (i.e. no había ninguna tienda abierta) rodando sobre el tramo que separa a Parres de La Cima. Este tramo, al estar ya a cielo abierto, es decir, sin la protección de cerros circunvecinos, se convierte en un refrigerador de día. Sólo habría que imaginarselo de noche. Varios de nosotros ya no sentíamos los dedos de las manos. Algunos camaradas inclusive ya no sentían los de los pies.

En estas duras condiciones coronamos el puerto de La Cima (alt: 3,000 m) hacia las 01:45, y dimos inicio al descenso hasta Tres Marías, 200 m más abajo. El frío en esta parte del trayecto era indescriptible. Realmente bajamos porque no nos quedaba de otra. Los músculos del cuerpo se encontraban hechos una pieza por el frío, dificultando sobremanera el control de la bicicleta.

De alguna manera pudimos terminar el descenso a Tres Marías, arribando a las 02:00 al centro de dicho poblado, donde pudimos conocer la pequeña iglesia que se encuentra en la plaza principal del pueblo. Sin embargo, el frío era horrible, por lo cual decidimos refugiarnos en un local comercial de comida que se encontraba ya a punto de cerrar. Prácticamente le suplicamos que nos dieran oportunidad de entrar para protegernos del frío en lo que arribaban a Tres Marías Tonatiuh y Tatanka. Una vez obtenido el permiso de pasar le pedimos de favor que prendiera una hornilla de gas para calentarnos los dedos. Y cual no sería nuestra sorpresa cuando la chica, dueña del restaurante, le ordenó al trabajador que atendía el local ¡ Que nos vendiera comida caliente ! Ni en nuestros sueños mas salvajes hubiéramos soñado tanto hospitalidad a las dos de la mañana. Dentro del restaurante degustamos sopas de hongos, birria, tortillas calientes y café caliente. Los dioses del olimpo habían escuchado nuestras súplicas. O dicho de otra manera: Audentes Fortunas Juvat: la Fortuna favorece a los audaces.

Tras degustar nuestros calientes platillos, procedimos a evaluar nuestras opciones: regresar rodando a la Ciudad de México implicaba volver a subir a La Cima a 3,000 m de altitud, con el consiguiente nuevo enfriamiento. Y nadie quería volver a rodar por esa zona tan fría, ahora de madrugada. Para regresarse al DF quedaba entonces la opción de descender a Cuernavaca, para tomar desde allí el autobús de regreso a la Ciudad de México. Fresco aún en la memoria el recuerdo del cruento frío de La Cima, por aclamación triunfó la idea de descender a Cuernavaca, pues al descender a la ciudad de la eterna primavera, esperábamos no encontrar las temperaturas tan extremadamente frías de Tres Marías. Adicionalmente, de paso realizábamos una inédita hazaña: ¡ Rodar de noche, de la Ciudad de México a Cuernavaca, por la carretera federal !

Haciendo acopio de disciplina y arrojo, hacia las 03:15 iniciamos el descenso de Tres Marías a Cuernavaca, rodando sobre la carretera federal, descendiendo a velocidades de entre 40 y 50 km/hr, iluminados tan sólo por nuestras frontales lámparas. Deseo agradecer profundamente al conductor de un camión que se vino escoltándonos en todo el descenso, prendiendo sus luces intermitentes y absteniéndose de rebasarnos, por lo cual efectivamente la hizo de unidad escolta espontánea :-) En verdad, mil gracias por su desinteresado apoyo.

Al llegar a la estatua ecuestre de Zapata (03:55) en la entrada de Cuernavaca, realizamos una parada para recuperar el aliento :-) para después continuar el descenso (sobre puro camino empedrado) hasta el centro de Cuernavaca, deteniendo nuestra marcha (a las 04:07) justo frente al Cuauhnáhuac o Palacio de Cortés, en el corazón de la ciudad de la eterna primavera.

Sin embargo Matusalén requería estar en su trabajo en la Ciudad de México a las 08:00 de esa mañana, por lo cual, tras una breve visita a la fachada del Palacio de Cortés, la mayor parte del grupo (Matusalén, Ricardo, Tatanka, Enrique y Tonatiuh) inició el escape hacia la terminal de los Pullman que se encontraba abierta a esa hora: Casino de la Selva, para poder abordar los autobuses que desde las 03:00 viajan hacia la Ciudad de México.

Gaby y yo nos quedaríamos en Cuernavaca un par de días más, aprovechando nuestra estancia en tan hermosa ciudad para visitar (entre otros atractivos): las Fuentes Bailarinas de Ayapatzingo, el Jardín Borda y la Zona Arqueológica de Teopanzolco, amén del siempre recurrente Zócalo de Cuernavaca. Hicimos nuestro retorno a la Ciudad de México vía los Pullman de Morelos, también desde la terminal Casino de la Selva, hacia las 19:00 hr del Domingo.

Todas las fotos de esta rodada se encuentran disponibles en el siguiente photoset

Te esperamos para nuestra siguiente rodada: a ... ¡ los Arcos del Sitio, en el Estado de México!

martes, 26 de febrero de 2008

Reporte de la rodada nocturna a Huehuetoca (Edo Mex)









Para esta rodada nos reunimos en el Ángel de la Independencia once ciclistas : Gaby, Tatanka, Matusalén, Héctor, Leonardo, Clemente, Jesús y su amigo, dos ciclistas no identificados y un servidor.

Sin embargo, sólo iniciamos la rodada ocho de ellos, pues Gaby no contaba en ese momento con bicicleta de montaña (sólo de ruta, pues la de montaña la compraría hasta el siguiente día), y Jesús y su amigo sólo habían llegado al Ángel a saludar al personal

Iniciamos por tanto la rodada (a las 22:00 hr) ocho ciclistas, de los cuales tres de ellos (Clemente y el par de ciclistas no identificados) desaparecieron antes de llegar a las Armas, pues los estuvimos esperando un buen tiempo (alrededor de 30 minutos) sobre Parque Vía a la altura de las Armas y nunca llegaron.

Tomamos por tanto Presidente Juárez (antes Puente de Vigas) en dirección a Tlalnepantla y Cuautitlán ya tan sólo cinco ciclistas, que seríamos quienes realizaríamos todo el recorrido (casi 120 km esa noche) hasta Huehuetoca y viceversa: Matusalén, Héctor, Leonardo, Tatanka y un servidor.

Tras cruzar el centro de Tlalenpantla (a las 23:12), ascendimos por Barrientos, para tomar después de la carretera Tlalnepantla - Cuautitlán, arribando a Cuautitlán a las 23:44. Continuamos por esa carretera, ahora en dirección a Coyotepec. En el puente donde se unen las caminos que van a Tepotzotlán, Teoloyucan y Coyotepec, escogimos este último, cruzando Coyotepec a las 00:15. Restarían tan sólo unos 8 kilómetros para llegar a Huehuetoca.

Sin embargo, la carretera que une a Coyotepec con Huehuetoca se encuentra en un estado en verdad lamentable. Llena de baches de más de un metro de diámetro, además, llenos de polvo lo cual dificultaba verlos. En verdad, toda la carretera estaba tan llena de baches que parecía que había sufrido un bombardeo continuo, cuyo fin era dejarla inutilizada. Hasta el momento, ésta ha sido la peor carretera que hemos rodado en nuestras nocturnas correrías. Los gigantescos baches cubrían además toda la pista, por lo cual resultaban inútiles los intentos de evadir los baches, pues literalmente no había para donde hacerse. Finalmente pudimos arribar al centro de Huehuetoca a las 00:42, no sin antes pasar a preguntar a una clínica dónde se encontraba el centro de Huehuetoca, pues no había ningún señalamiento en el pueblo.

Lo primero que hicimos al llegar al centro fue cenar enfrente del Palacio Municipal. Un puesto ambulante con unas ricas tortas y hot dogs fue el oasis donde pudimos saciar nuestra ya muy retrasada hambre. Tras terminar de cenar, nos dirigimos al Palacio Municipal y a la Parroquia de San Pablo, para tomar las fotografías de rigueur. El Palacio Municipal se encuentraba abierto, por lo cual procedimos a realizarle una corta sesión fotográfica. Pocó después me encontré al resto de mis compañeros frente a la Parroquia de San Pablo (principal iglesia de Huehuetoca), donde procedimos a realizar la sesión fotográfica correspondiente.

Para nuestro retorno a la Ciudad de México, distante aún 60 kilómetros de nosotros, y en vista del pésimo estado de la carretera que salía de Huehuetoca, decidimos utilizar la autopista de cuota México - Querétaro como vía de acceso al DF. Nos fuimos entonces por Salitrillo, hasta entroncar con la autopista justo en la desviación a Jorobas (inicio de la carretera que va a Tula). En cuanto llegamos a Jorobas, tomamos la pista en dirección al DF. Naturalmente el estado de la pista asfáltica sería ideal sobre esta ruta. Lo único malo es que hay bastante columpios a lo largo de la ruta, comparado con la carretera libre a Cuautitlán (por donde nos habíamos venido). Pero era tal el estado de la pista asfáltica de la carretera libre, que preferimos mil veces los columpios de la autopista a los baches de la federal.

Cruzamos a nuestro retorno por la autopista Coyotepec (02:37), Cuautitlán (03:12), La Quebrada (03:37), Tlalnepantla (04:02), abandonando el Periférico en el puente de Santa Mónica (donde nos esperaría un último y demandante ascenso, del cual nos recuperamos en un Oxxo), para finalmente arribar a Parque Vía a las 04:40. De Aquiles Serdán nos desviaríamos en Cuitláhuac para acercar un poco a Leonardo a su destino, prosiguiendo nosotros por Camarones, Guerrero y Cuauhtemoc, donde nos iríamos despidiendo los diferentes integrantes del grupo.

Todas las fotos de esta rodada se encuentran disponibles en el siguiente photoset

Te esperamos para nuestra siguiente rodada: a ... ¡ Tres Marías, en el Estado de Morelos !

lunes, 18 de febrero de 2008

Reporte de la rodada nocturna a Tlalmanalco (Edo Mex)









Para esta rodada nos reunimos en el Ángel de la Independencia 12 valientes ciclistas ! incluídas 2 mujeres !: Gaby, Itzel, Ricardo, Enrique, Tonatiuh, Tatanka, Matusalén, Héctor, Ubaldo, Leonardo, Clemente y un servidor.

Seguimos la ruta propuesta para alcanzar la Av. Ignacio Zaragoza, la cual se convierte después en la autopista de cuota a Puebla. Sin embargo, el tráfico a esa hora (22:00) dentro de la caótica Ciudad de México era en verdad insufrible. Prácticamente desde el Ángel hasta la caseta de Puebla el tráfico automotriz era a vuelta de rueda y taponando todos los carriles. Teníamos que ir rodando entre carriles para poder avanzar, lo cual era también ciertamente alucinante.

Finalmente pudimos llegar a la Av. Igancio Zaragoza, la recta de varios carriles (con lateral) que lleva al Puente de la Concordia, donde se ininian tanto la autopista de cuota como la carretera federal, ambas a Puebla. El tráfico sobre Zaragoza disminuyó hasta cierto punto, pues ahora eran más los autobuses que los automóviles quienes ocupaban la vialidad, dando como resultado una menor densidad vehicular.

La rodada transcurrió sin problemas, alcanzando pronto el inicio de la autopista de cuota a Puebla, realizando un re-agrupamiento en el Km 20, justo en la cima de un ascenso que hay al rodear un cerro. Los fotografías tomadas en ese reagrupamiento creo que quedaron interesantes.

Tras el ascenso vendría un prolongado descenso que nos llevaría prácticamente hasta la desviación a Chalco, donde da vuelta la autopista. Tras de otro (ligero) ascenso, donde volvimos a regagrupar, nos quedaron los últimos kilómetros de la recta que lleva a la caseta de Huixtoco, donde justo antes de la caseta se encuentra la desviación a la caseta de Chalco o también llamada de Puente Colorado. Tomamos esta desviación para tomar la carretera a Tlalmanalco, re-agrupando en la caseta.

A continuación rodamos en dirección a Amecameca, hasta la desviación a Cocotitlán, donde yo cometí un grave error. A pesar de que Tlalmanalco queda en la dirección a Amecameca (y a pesar de llevar la ruta en el GPS), al llegar a Cocotitlán yo pensé que el camino a Tlalmanalco pasaba por Cocotitlán, por lo cual me desvié (desviando con ello a los punteros del grupo) hacia Cocotitlán, aun cuando el camino correcto era hacia Amecameca. Fue Matusalén quien me hizo ver mi grave error, por lo cual les hablé por celular a los punteros que iban ya 3 kilómetros adelante, procediendo después a darles alcance, cuando ellos ya venían de regreso. En particular deseo agradecer a Gaby quien se aventó un sprint para tratar de alcanzarlos y avisarles que yo les había indicado una ruta equivocada. Mil disculpas chic@s, por este error de orientación, no volverá a suceder (tendré siempre a la vista la ruta en el GPS).

En lo que regresamos de la ruta equivocada, la segunda parte del grupo pasó por el entronque de Cocotitlán, y guiados por Matusalén (quien se había quedado en el entronque para comunicar la ruta correcta) se dirigieron hacia Amecameca, arribando muy pronto a Tlalmanalco. Nosotros (quienes nos habíamos desviado en Cocotitlán) reagrupamos en la última subida antes de Tlalmanalco (Campestre Santa María), para arribar al centro poco después, donde ya nos estaban esperando los nuevos punteros (y los últimos serán los primeros).

Tras tomar las fotos de rigueur en el kiosko de Tlalmanalco, procedimos a tomarnos las fotos del recuerdo frente a la Parroquia de San Luis Obispo, de los pocos atrios que hemos encontrado abiertos en nuestras nocturnas correrias. Realmente es una preciosidad este templo, de un barroco que resulta un placer poder observar. Creo que las fotos no me dejarán mentir.

Tras terminar la sesión fotográfica, procedimos a visitar al mejor amigo del ciclista: un Oxxo, donde además pudimos tomar parte de una fiesta que se hizo en cuanto llegamos al Oxxo. Varios chicos estaban departiendo de bohemia manera, y al vernos llegar en tan coloridos uniformes, decidieron que lo mejor que podí hacerse era ... invitarnons a su fiesta. Ahi quedan las fotos como testigos :-)

Tras la fiesta del Oxxo, procedimos a descender hacia la Ciudad de México, recorriendo todo el trayecto desde Tlalmanalco hasta la caseta de Puente Colorado en un sólo segmento, pues nuestro primer re-agrupamiento lo hicimos pasando el puente que cruza la autopista a Puebla. Una vez ya sobre la autopista, no pararíamos sino hasta estar sobre el Puente de la Concordia, de reciente inauguración. Este puente es prácticamente un distribuidor vial sobre la Av. Ignacio Zaragoza, pero sólo puede tomarse si se viene sobre la autopista de cuota. Es ciertamente alto este puente, y al re-agrupar sobre el puente, pudimos observar la magnificiencia del paisaje urbano nocturno que la Ciudad de México ofrecía ante nuestros asombrados ojos. Realmente es indescriptible la belleza del paisaje que contemplamos. E irrepetible la experiencia de estar parado en la horas de la madrugada a esa altura, al lado de nuestras bicicletas, observando la magnificiencia del paisaje de luces que es la Ciudad de México de noche.

Sin embargo, fue justamente la visita al Puente de la Concordia lo que cortó al grupo en dos, pues tres de nuestros queridos integrantes (Gaby, Matusalén y Clemente) decidieron no subir por el puente, sino seguirse por debajo de él sobre Zaragoza. Como la mayoría del grupo estábamos arriba del puente re-agrupando, no los vimos pues el puente está en verdad muy alto, así que ellos tres se siguieron derecho sobre Zaragoza hacia el centro, mientras que los demás nueve los estábamos esperando. Sin embargo, en cuanto arribaron los últimos compañeros, descendimos el puente y tratamos de darles alcance. Sin embargo tardamos algo así como 20 minutos arriba del Puente de la Concordia, por lo cual ya no les pudimos dar alcance, por más que lo intenté.

Re-agrupamos una última vez en Puente Aéreo, de donde el resto del grupo se siguió hacia el Ángel. Yo me quedé en Puente Aéreo y Zaragoza, para esperar a Gaby, Matusalén y Clemente, pues no sabía si ellos estaban adelante o atrás de nosotros (la mayoría del grupo). Dedidí por tanto quedarme a esperar a Gaby en Puente Aéreo, hasta que le viera o llegara ella a su casa. Afortunadamante, tras 45 minutos pude comunicarme telefónicamente con Gaby a su casa, dándome cuenta de que efectivamente los tres compañeros que no subieron el Puente de la Concordia se encontraban adelante de nosotros. El resto del grupo debió haber llegado al Ángel o bien se desviaron a sus casas en cuanto la ruta pasó por sus casas.

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Te esperamos para nuestra siguiente rodada: a ... ¡ Huehuetoca, en el Estado de Mexico !

lunes, 11 de febrero de 2008

Reporte de la rodada nocturna a Chiconcuac (Edo Mex)









Tras esperar más tiempo de lo usual a que llegaran más integrantes para la rodada, finalmente decidimos salir del Ángel (30 minutos mas tarde) siete intrépidos ciclistas: Gaby, Quique, Héctor, Leonardo, Ubaldo, Tatanka y Erasmo.

Recorrimos la msma ruta que hicimos cuando hemos ido a Texcoco (Troncoso, distribuidor de Oceanía, Via Tapo y la autopista de cuota México-Texcoco), pero en lugar de entrar a Texcoco, nos seguimos rodando 10 km hacia el norte, en dirección a Atenco. Justo en la desviación hacia Chiconcuac, nos percatamos de que venían muy retrasados Ubaldo y Quique. Tras esperar un rato, Héctor y Leonardo decideron regresarse sobre la carretera (¡ en sentido contrario !) pero ahora hacia Texcoco, a fin de encontrar a los dos rezagados. Sin embargo, llegaron hasta Texcoco (10 kilómetros al sur) y ¡ nada ! Fué entonces cuando un taxista les avisó que había dos ciclistas en el Monumento a Nezahualcóyotl. Rodaron hacia allá y efectivamente, allí los encontraron :-) Ahora sólo faltaba regresarse a Chiconcuac :-)

Mientras tanto, los que nos habíamos quedado esperando sobre la carretera en la desviación a Chiconcuac (Gaby, Tatanka y Erasmo), tras bastante tiempo de espera decidimos adelantarnos al centro de Chiconcuac, donde encontramos aún un puesto de tacos abierto :-) Justo cuando terminábamos de cenar arribaron al centro de Chiconcuac los cuatro ciclistas restantes: Héctor, Leonardo, Ubaldo y Quique. Tras tomar las fotos de rigueur, alcanzaron aún un puesto de tamales donde cenar algo.

El reterno de Chiconcuac se hizo ya no por la autopista, sino por la carretera Texcoco - Tepexpan. A partir de Texcoco tomamos la autopista (de cuota) Texcoco - México, y retornamos a la Ciudad de México por Oceanía.

Cómo ésta había sido una rodada muy corta, el grupo aún tuvo ganas de irnos a tomar un café a Bucareli. Tras Bucareli, tomamos Cuauhtémoc donde nos fuimos despidendo los integrantes del equipo.

Todas las fotos de esta rodada se encuentran disponibles en el siguiente photoset

Te esperamos para nuestra siguiente rodada: a ... ¡ Tlalmanalco, Estado de Mexico !

miércoles, 6 de febrero de 2008

Reporte de la Rodada Nocturna a Tizayuca (Hidalgo)









Esta rodada comenzó bastante tarde por culpa del autor de estas líneas (Erasmo). La razón es que yo llegué ya muy tarde al Ángel, por ahi de las 22:10, debido a un problema personal muy muy fuerte, el cual me impidió poder arribar al Ángel a la hora establecida.

Lo peor de todo es que con mi tardanza, hice salir ya muy tarde al grupo, pues ellos me estuvieron esperando en el Ángel hasta las 22:00 hr (1 hora de espera) para dar inicio a su salida. Por todo lo anterior (llegar yo a las 22:10 al Ángel, y haberle retrasado una hora su salida al grupo) le extiendo al grupo de Lobos las más sinceras y sentidas disculpas. Este lamentable suceso no se repetirá.

Llegué por tanto al Ángel a las 22:10, donde se encontraba Gaby esperándome, acompañada por George. Tras explicarle a Gaby las razones de mi tardanza, decidimos alcanzar a los chicos que habían salido 20 minutos antes (George decidió no rodar a Tizayuca). Tomamos Reforma e Insurgentes Norte, para después tomar la autopista Mexico-Pachuca, en cuyo inicio fué donde finalmente dimos alcance al grupo que había salido antes que nosotros. Integramos entonces el pelotón, a partir de ese punto, los siguientes ocho avezados ciclistas: Gaby, Quique, Héctor, Ubaldo, Leonardo, Toño, Gerardo, y Erasmo.

Tras saludarnos e intentar disculparme con el grupo por mi tardanza, proseguimos ya todos compactos sobre la autopista a Pachuca, algunos sobre el asfalto y otros sobre el acotamiento, alcanzando pronto la caseta (o conjunto de casetas) a Pachuca. Continuamos rodando sobre la pista prácticamente sin pausas hasta la altura de Los Reyes Acozac, donde realizamos un re-agrupamiento, pues por lo largo del trayecto, el grupo venía ya bastante elongado.

Fue en esta parada donde se pudo apreciar el mar de luces que envuelve a la ciudad de Pachuca. Aún cuando estábamos distantes 40 km de llegar a Pachuca, el paisaje nocturno ofrecía ya una imponente vista, pues ante nuestros ojos se deplegaba lo que parecía un mar de incandescente lava en la oscuridad, lo cual no era otra cosa que el mar de luces de la bella airosa.

Tras re-agrupar en Acozac, continuamos nuestro camino hacia la ya cercana Tizayuca, en el Estado de Hidalgo, donde arribamos a eso de las 01:30. (Si yo no hubiera retrasado al grupo, hubieran llegado una hora antes). Tras pasar a surtirnos de líquidos en la única tienda abierta, procedimos a cenar en un puesto de tortas gigantescas, en el centro de Tizayuca. En verdad debo decir que jamás me había comido una torta cubana de tan ingentes proporciones. De hecho, la torta mini-cubana que pidió Gaby fácilmente hubiera pasado por una torta cubana estándar en la Ciudad de México.

Tras haber cenado propiamente, el grupo decidió por aclamación que ya no era conveniente seguir al centro a tomarnos las fotos en los atractivos culturales que Tizayuca ofrece (muy probablemente debido a lo tarde que ya era). De las tortas retornamos por tanto sobre nuestros pasos, tomando la salida a la pista, re-agrupando nuevamente a la altura de Acozac. Fue en este re-agrupamiento donde nos dimos cuenta de que la Ciudad de México es visible de noche ... ¡ desde 50 kilómetros a la redonda ! Increíble ¿ no ? Se veían a ambos lados los dos mares de lava, por un lado la ciudad de Pachuca, y por el otro, la Ciudad de México. Inolvidable par de vistas, sin lugar a dudas :-)

Una vez vueltos a compactar, rodamos ininterrumpidamente sobre la autopista de Pachuca hasta el nuevo punto de re-agrupamiento: la caseta de Pachuca. Debo comentar que a la altura de Tecámac fuimos testigos de las horribles consecuencias de un accidente, pues sobre la pista yacía un hombre atropellado, quien muy probablemente fuera aplastado por un trailer, pues de su frágil humanidad no quedaban ya sino tan sólo fragmentos (literalmente hablando). Aún con estas lamentables imágenes en nuestra mente, continuamos rodando hacia la Ciudad de México.

Tras el re-agrupamiento de la caseta, rodamos in-interrumpidamente hacia el siguiente punto de re-agrupamiento: Indios Verdes, donde uno a uno fueron llegando los integrantes del grupo, ya que a estas alturas de la rodada, el pelotón venía ya muy elongado. De Indios Verdes tomamos Insurgentes, donde poco a poco del grupo se irían separando sus diferentes integrantes a medida que nos acercábamos a nuestras casas. Los últimos nos despedimos sobre Cuauhtémoc, para continuar nuestro camino al sur.

Todas las fotos de esta rodada se encuentran disponibles en el siguiente photoset

Te esperamos para nuestra siguiente rodada: a ... ¡ Chiconcuac, Estado de Mexico !

domingo, 27 de enero de 2008

Reporte: Rodada Nocturna al Mirador de Santa Ana Tlacotenco (carretera a Oaxtepec), Enero 26 2008









Esta fué una rodada muy hermosa, pues guiados por la luz de la luna llena, pudimos recorrer la carretera federal a Oaxtepec hasta el Cuauhtec, Mirador de Santa Ana Tlacotenco, realizando un ascenso de 500 m, sin tener ningún incidente a lo largo de la ruta.

Lo más interesante de todo es que de habernos propuesto previamente llegar al tercer mirador, el de la Loma, hubiéramos llegado también sin ningún problema, pues ya sólo faltaban 6 kilómetros. Para la próxima será. Por tanto extiendo las más sinceras felicitaciones a todos los integrantes de esta rodada, por su tenacidad y disciplina para completar esta difícil misión nocturna. ¡ Felicidades chic@s !

Nos dimos cita en el Ángel catorce osad@s ciclistas: Gaby, Clemente, Matusalén, Héctor, Quique, Ubaldo, El Siete, Tatanka, Tonatiuh, Claudia, su novio, Rodrigo, un ciclista no identificado y un servidor. A Claudia y a su novio no los veríamos ya sobre División del Norte. Es decir, serían doce intrépidos ciclistas los que acometerían la proeza de rodar de noche hasta el segundo mirador de Oaxtepec.

Rodamos sin problema alguno sobre División del Norte hasta Calz. Taxqueña, donde re-agruparíamos y nos abasteceríamos de líquidos. De aquí seguimos la ruta, pasando el puente que cruza Tlalpan, donde a la altura de los campos de entrenamiento de cierto club de futbol se incorporaría Ricardo.

Pasando la Glorieta de Vaqueritos esperábamos encontrar a otro ciclista (quien nos había asegurado estar allí), pero ya no lo vimos, pues íbamos algo retrasados. Lo mismo sucedió con una pareja de ciclistas, a quien quedamos de recoger en el centro de Xochimilco, pero a la hora de pasar por ahi, tampoco los vimos.

Decidimos cruzar Xochimilco usando la recta Nuevo León (que pasa a través de las chinampas), en lugar de rodear por Nativitas (de regreso si rodaríamos por Nativitas), arribando pronto a San Gregorio Atlapulco, último pueblo antes de iniciar el ascenso por la Carretera Federal a Oaxtepec.

Sin pausa alguna iniciamos el continuado ascenso hasta el primer mirador de la carretera a Oaxtepec: el MIrador de Milpa Alta. El ascenso lo realizó cada quien a su paso, pero reagrupamos en este primer mirador. Tras una breve sesión fotográfica, re-iniciamos el ascenso en dirección al segundo mirador: al de Santa Ana Tlacotenco, destino final de nuestra rodada.

Realmente es indescriptible la sensación que se obtiene al rodar en carretera por las noches. Sin embargo, el realizar un ascenso en estas carreteras, teniendo como fondo contrastante el negro del cielo nocturno, e iluminados por la luna llena, constituye una experiencia irrepetible. Y todo ésto sin hablar aún del hermosísimo fondo iluminado que las luces de la Ciudad de México ofrececían a nuestra vista, cual infinito e inmóvil mar de luces.

Rápidamente arribamos al Cuauhtec, situdo a 2740 m de altitud, tras realizar un ascenso de 500 m. La panorámica de la ciudad era magnífica. Tras otra breve sesión fotográfica decidimos emprender el retorno, descendiendo con sumo cuidado. Sin embargo, la autopista era claramente visible por la plena luz lunar (luna llena y un cielo estrellado sin nubes). Tras reagrupar en San Gregorio, decidimos ir a cenar unos tacos en Nativitas, por lo cual tomamos la ruta del bosque de Nativitas.

Tras una deliciosa cena, continuamos nuestro retorno, tomando Tlalpan como vía de escape, realizando varias fugas a lo largo de ella. Finalmente, re-agrupamos a la altura de Xola donde algunos miembros del grupo nos despedimos y la mayoría siguió su ruta hacia el norte de la ciudad. Sin lugar a dudas, una magnífica rodada por el ambiente de amistad y camaradería que campeó a lo largo de ella.

Todas las fotos de esta rodada se encuentran disponibles en el siguiente photoset

Te esperamos para nuestra siguiente rodada: ¡ a Tizayuca, Hidalgo !

lunes, 21 de enero de 2008

Reporte: Rodada a Puebla (Pue), Enero 20 2008













Para esta rodada a Puebla nos dimos cita en el Ángel de la Independencia diez osad@s ciclistas: Gabriela, Melanie, Matusalén, Héctor, Leonardo, Carlos, David, Gerardo, Eyder y un servidor. El Tico nos alzanzaría en route sobre la Calz. Ignacio Zaragoza. Muchas gracias chic@s por su valiosísima participación en esta rodada.

Abandonamos el Ángel a las 07:30, tomando Av. Chapultepec, Fray Servando, Francisco Morazán, y finalmente la Calz. Ignacio Zaragoza. Esta vía se divide más adelante en las dos vías que existen para llegar a Puebla: la Carretera Federal y la Autopista de Cuota. Nosotros tomaríamos la Carretera Federal a Puebla, cruzando en nuestro camino Los Reyes y después Ixtapaluca, para finalmente alcanzar el principio de la subida: Zoquiapan (alt: 2280 m).

Como siempre, el ascenso pone a cada uno en su lugar. De inmediato se fugó el Tico y creo que no lo volvimos a ver :-) El siguiente pelotón de punteros se constituyó de: Gabriela, Carlos, Leonardo, Héctor y un servidor. Hicimos un reagrupamiento pasando el Rancho San Isidro (alt: 2700 m), donde esperamos a que el resto del grupo (Melanie, Matusalén, David y Gerardo) hiciera su arribo. En cuanto el grupo estuvo completo y se tomaron las fotos de rigueur, procedimos a seguir escalando hacia Ávila Camacho.

En Ávila Camacho (alt: 2900 m) se volvió a reagrupar, donde además aprovechamos para re-abastecernos de líquidos y sólidos. Tras esta pausa procedimos a continuar el ascenso, ahora ya hacia Llano Grande (alt: 3220 m). Sin embargo, poco después de abandonar Ávila Camacho (a 3000 m), Gaby ponchó por tercera vez, por lo cual me quedé con ella para cambiar su cámara trasera. Esto ciertamente nos retrasó a ambos un poco en lo que arreglamos la llanta.

Sin embargo, cuando arribamos a Llano Grande, no encontramos a nadie del grupo. Sabíamos que Matusalén se regresaba desde ahí pues tenía un compromiso familiar que atender, pero ¿ Y los demás ? Al no encontrar a nadie en Llano Grande y careciendo de otra información en contra, Gabriela y yo asumimos que ya habían iniciado el descenso en dirección a Texmelucan. Por tanto ya no nos detuvimos en Llano Grande sino que nos seguimos hacia Puebla.

Por más que aguzábamos la vista en los poblados que íbamos cruzando rumbo a Texmelucan, no encontrábamos signo alguno de la presencia del resto de los integrantes del grupo. Por tanto imagino decidieron regresarse en Llano Grande, tomando la autopista de cuota para el descenso a la Ciudad de México, pero tendría que comunicarme con ellos para saber que fue lo que realmente pasó. Chic@s que participaron en la rodada: les agradecería infinitamente comentaran en este post del blog que fué lo que pasó y a donde se fueron. Update: De acuerdo a Melanie, ellos se siguieron derecho a Cholula, donde si alcanzaron a entrar a ver la Pirámide. Posteriormente, comieron allá en Cholula y se regresaron desde allí a México. Mil gracias por la información Melanie.

Cuando nos cansamos de buscar al resto del grupo, decidimos hacer una pausa en San Lucas el Grande, último pueblo antes de San Martín Texmelucan, donde pudimos degustar varios mixiotes de conejo y de carnero, carnitas de cerdo y una aparentemente infinita dotación de arroz y frijoles. Debo decir que esta deliciosa comida en San Lucas estuvo a punto de abortar la rodada a Puebla, pues después de ella tanto Gabriela como yo estábamos prácticamente imposibilitados para rodar, de tanto volumen en nuestros estómagos :-) Pero haciendo de tripas corazón decidimos continuar con la ruta. El punto interesante en este restaurant fué que el dueño nos mostró la granja de conejos (y el almacén de maiz en mazorca para las tortillas) que surtía al restaurant. Es decir, nos mostraron que efectivamente, ellos criaban los conejos que después los clientes degustarían como mixiotes. Las fotos de la granja de los conejos están bastante divertidas :-)

Continuando con la ruta descendimos a Texmelucan y nos seguimos de largo, deteniéndonos tan sólo para re-abastecernos de líquidos, pues la jornada era joven aún. Seguimos por la carretera federal a Puebla, teniendo como destino intermedio el heermoso pueblo de Huejotzingo, donde decidimos hacer una pequeña pausa para conocer este interesante lugar. Cual no sería mi sorpresa que en Huejotzingo se estaban celebrando las fiestas previas al carnaval. Pudimos admirar el baile de los chinelos que se estaba efectuando en la Plaza del centro del pueblo. Había además mucha vendimia de ropa de chinelos, sobre todo para los niños. La fiesta en grande comienza el próximo domingo. Están todos invitados :-)

Tras el carnaval, procedimos a visitar la iglesia de Huejotzingo, la cual personalmente me parece una de las iglesias mas hermosas de la región. Es una iglesia gigantesca (parece de hecho una Catedral), con una imponente fachada color naranja y blanco (similar a la de Tlalancaleca). Sin embargo, el interior es aún más fastuoso, con varias naves coronadas por altísimas columnas y bóvedas. Todo ello decorado con un pulcrísimo color blanco y ribetaedo con color oro. Y todo ésto en perfecto mantenimiento.

Una vez concluída la visita a Huejotzingo (nota importante: la carretera federal que cruza este pueblo se encuentra actualmente en reparación, por lo que ahora se ha convertido en terracería pura), continuamos con la ruta, cruzando en nuestro camino Cholula, donde debido a la hora ya no pudimos visitar la zona arqueológica. Continuamos por la recta Cholula-Puebla, cuyo pavimento se encuentra en pésimo estado: lleno de baches e irregularidades. De hecho, cruzamos Cholula ya sin ninguna luz diurna, a eso de las 18:35, por lo cual tuvimos que rodar sobre la recta Cholula-Puebla amparados tan sólo en la luna y la bendición del Señor.

Hicimos finalmente nuestro arribo a la ciudad de Puebla a las 19:20, entrando por Prolongación Reforma, directo hasta el centro de la capital del estado. Justo antes de cruzar el Boulevard visitamos una iglesia hermosísimamente iluminada en colores violetas y dedicada a la Virgen María. El interior era igualmente fastuoso.

Procedimos a rodar las últimas cuadras para arribar al centro de Puebla, magnificiente como siempre. Visitamos la Catedral de Puebla (Templo de Santo Domingo), con su monumental interior y gigantesco órgano. Realmente, el interior de la Catedral deja sin respiro al visitante. No podría describirlo. Lo único que se me viene a la mente es la Basílica de San Pedro en el Vaticano, pues posee un gran número de naves interiores, bellamente decoradas e iluminadas, las cuales le confieren un aire quasi-surrealista al ambiente, pues pareciera que uno ha entrado a un recinto que no se rige por las leyes terrestres.

Tras haber atendido a la última misa en la Catedral, salimos (o no sacaron, pues cerraban la iglesia) al Parque Central, donde pudimos tomar unas interesantes fotos nocturnas de la Catedral, el Palacio de Gobierno y una hermosísima fuente de piedra labrada que se encuentra en el centro de la Plaza de la Constitución.

A las 21:30 nos acordamos que teníamos que regresar a México, y como nos habían dicho que el último autobús a la Ciudad de México salía a las 22:00 (lo cual no resultó cierto, pues hay un autobús de ADO que sale a las 23:00), tuvimos que emprender una rápida retirada hacia la CAPU (Central de Autobuses de Puebla), distante unos 7 km del centro. Procedimos por tanto a montar sobre nuestros corceles y darnos a la fuga. Aunque era de subida el recorrido (nos fuimos por todo el Boulevard, pasando por el Monumento a la China Poblana), rodando a más de 20 km/hr pudimos arribar a la CAPU con tiempo de sobra: a las 21:48. Compramos entonces nuestros boletos para el autobús de regreso de las 22:00 a la Ciudad de México , a donde arribamos a las 23:45, justo a tiempo para tomar nuevamente el último metro que nos transportaría a nuestras casas :-) Uff, por fin at home, pues como diría Dorothy (en el Mago de Oz): no hay lugar como el hogar :-)

Las fotos de esta rodada de los Lobos se encuentran disponibles en el siguiente photoset.

Un muy profundo y sincero agradecimiento a todos los partipantes de esta rodada, pues estuvieron dispuestos a esperar a Gaby en su triple ponchadura y doble cambio de llantas. Lleguen a ustedes mis más sinceros agradecimientos por tan noble conducta. Espero algún día poder retornarles el favor.

Mil gracias por leer este reporte. Nos vemos en la próxima rodada :-)

viernes, 18 de enero de 2008

Reporte: Rodada a Teotihuacán (Edo Mex). Enero 17, 2008








En esta ocasión rompimos récord de participación (aún con 110 km de rodada nocturna), arribando finalmente a la Zona Arqueológica de Teotihuacán un gran total de trece ciclistas, de los cuales cinco de ellos se integrarían a la rodada en route. Nos dimos cita en el Ángel ocho ciclistas: Gaby, Quique, Héctor, Ricardo, Erasmo y otros tres ciclistas cuyos nombres lamentablemente no puedo recordar (si leen este reporte chicos, por favor, pásenme sus nombres, gracias).

Abandonamos el Ángel a las 21:28, tomando todo Reforma hacia el norte. A la altura de la Calz. México-Tacuba se incorporaría a la marcha Matusalén (embajador de los Xtremers), continuando posteriormente sobre Calzada Guadalupe hasta el Eje 3 Norte, donde doblamos hacia la derecha hasta entroncar con Eje 1 Oriente: Ferrocarril Hidalgo, Esta vía tiene muchos baches y vías de ferrocarril, dificultando ciertamente el avance sobre ella.

A la altura de la Calz. San Juan de Aragón (Eje 5 Norte), poco antes de las 22:00 se unieron a la marcha otros cuatro ciclistas, todos ellos amigos y de los cuales tampoco logro recordar sus nombres. Mil disculpas. Si leen este reporte, por favor, envíenme sus nombres. Gracias.

Nos seguimos por todo Centenario, cruzando el Periférico (haciendo un reagrupamiento en Venta de Carpio, pues el grupo estaba ya muy extendido) hasta entroncar con la Vía Morelos, la cual fuimos siguiendo hasta que se convirtió en Av. Nacional y luego en la Carretera Federal México-Tepexpan. En Tepexpan decidimos un cambio de ruta y tomamos la Autopista de cuota Ecatepec-Teotihuacán, justo en la caseta.

Una vez ya sobre la pista, la ruta se convirtió en un paseo. Si bien es cierto que circular de noche por carreteras federales es más complicado debido al tráfico, rodar sobre autopistas de cuota también tiene su chiste al realizarse enmedio de la mas sobrecogedora soledad, pues sobre las autopistas rara vez hay poblados. Esta sensación se agrava aún mas al añadirle el manto protector de la nocturna oscuridad.

Sobre la pista el grupo se volvería a elongar, ya que cada uno empezó a rodar a su paso. Sin embargo el clima esta vez nos ayudó y no hubo grandes vientos en contra (usualmente viento del norte). Debido al poco tráfico existente a esas horas, rodábamos sobre el carril de baja velocidad de la autopista, es decir: no sobre el acotamiento, sino sobre el asfalto. Los pocos autos, camiones y trailers que a esa hora circulaban por la autopista siempre tuvieron la delicadeza de rebasarnos por el carril de alta velocidad :-)

A las 23:47 (antes de la medianoche) hicimos nuestro arribo a la entrada de la Zona Arqueológica de Teotihuacán (los punteros). El resto del grupo tardaría no más de 15 minutos para llegar a nuestra posición (la glorieta donde están sembrados los saguaros). Tras platicar un poco entre nosotros y haber tomado las fotografías de rigueur, procedimos a despedir a parte del grupo, quienes harían su retorno desviándose en Acolman (pues iban rumbo a Aragón), iniciando todos juntos el retorno a la Ciudad de México a las 00:55.

Todo el retorno lo hicimos ya por la autopista de Las Pirámides. Divino retorno. Realmente es una experiencia única y alucinante el rodar sobre el asfalto, en el carril de baja velocidad de una autopista, a la mitad de la noche, atrevesando el frío aire de la madrugada y prácticamente sin ser molestado por el poco tráfico automotor que a esa hora entraba a la Ciudad de México.

El único incidente que reportar fue que aproximadamente siete kilómetros antes de la caseta, un auto Chevy blanco nos rebasó muy cerca a alta velocidad (de hecho, sentí su aire en las piernas) y se fue a impactar primero, contra la pared de contención de la izquierda (división entre ambos sentidos), rebotando para después impactarse finalmente contra la barra de contención derecha, donde últimamente se detuvo tras dar un giro y quedar en sentido contrario en el acotamiento. Todo esto sucedió escasos 20 metros delante de Gaby y un servidor, quienes tan sólo observamos impotentes toda esta acción que se iba desarrollando a escasos metros frente a nosotros, mientras rodábamos sobre el carril de baja velocidad. Creo que le debo un favor más a Dios con éste :-)

Afortunadamente parece ser que no hubo desenlaces trágicos que lamentar, pues Quique y amigos que venían rodando atrás de nosotros reportaron que el conductor del Chevy andaba recogiendo su tolva :-) Pero Gaby y yo la libramos por tan sólo algunos metros. Alabado sea el Señor :-)

Una vez en la caseta reagrupamos, pues nuevamente al grupo venía ya muy alargado. Tras la llegada de todos los integrantes, cruzamos (dos veces) la pista para librar la caseta y así poder seguir rodando sobre la autopista de cuota. El ingreso a la Ciudad de México lo hicimos por Insurgentes Norte, donde a la altura de La Raza el buen Quique se despegaría del grupo. A la llegada a Reforma (Monumento a Cuauhtemoc) el resto grupo se despediría, ya que Héctor y Matusalén se dirigirían al centro, mientras que Ricardo iba a recoger su auto estacionado en el Ángel. Gaby y un servidor nos dirigiríamos al sur hacia Xola.

Todas las fotos de esta rodada se encuentran en el siguiente photoset.

Nota importante: desde ahora los Lobos rodarán la noche de los Viernes, en lugar de hacerlo como hasta ahora: los Jueves. Por tanto, están cordialmente invitados para nuestra próxima rodada, para el próximo Viernes 25 de Enero, a las 21:00 hr en el Ángel de la Independencia. Esta vez rodaremos al Cuauhtec: el Mirador de Santa Ana Tlacotenco, sobre la carretera a Oaxtepec, 6 km adelante de Milpa Alta. ¡ Los esperamos !

viernes, 11 de enero de 2008

Reporte: Rodada Nocturna a Tenango del Aire (Edo Mex). Enero 10, 2008








Haciendo gala de las facultades que como nahuales, nos brinda la licantropía al convertirnos en lobos una vez a la semana, una vez más rompimos record y rodamos en una sola noche la nada despreciable cantidad de ... ¡ 120 km ! para poder coronar finalmente el ascenso a Tenango del Aire (alt: 2400 m) en el Estado de México, a tan sólo siete kilómetros de Amecameca.

La rodada comenzó un poco tarde: a las 21:40, cortesía del autor de éstas líneas (Mea Culpa, no volverá a suceder), con nueve ciclistas más que dispuestos a emprender la inédita aventura de rodar hasta Tenango del Aire, de noche: Gabriela, Quique, Ricardo, Héctor, Leonardo (ex-corredor de Benotto), Matusalén (embajador de los Xtremers), Nando, George y un servidor.

Seguimos la ruta pre-establecida sobre Divisón del Norte, Av Taxqueña y Av. Tláhuac hasta llegar al centro de Tláhuac (mitad de la ruta), donde nos detuvimos un tiempo para esperar a que arribara George. Tras tomar un poco de aire, continuamos con la segunda parte del recorrido.

Esta segunda parte fué la más interesante, pues la ruta hasta Tláhuac ya la tenemos bastante conocida. Sin embargo, nuestro paso nocturno a través de los poblados dormidos, tan enigmáticos como su nombre (Tulyehualco, Ixtayopan, Tecómitl, Tetelco, Tezompa, Ayotzingo, Atlalpan, Temamatla), hacía despertar nuestras más ignotas fantasías.

Constituye realmente una experiencia alucinante el cruzar velozmente, a través de incontables pueblos dormidos, arropados tan sólo por el manto cómplice y protector de la noche, las carreteras oscuras y solitarias que transitan por aquellas alejadas regiones. Prácticamente, las carreteras eran nuestras, transitábamos sobre ellas como si lo hicíeramos en el patio de nuestras casas. Nulo tráfico. Tan sólo la vista del paisaje nocturno, las luces de los poblados, los cerros iluminados y los pueblos recibiéndonos y despidiéndonos de sutil y cómplice manera. Parecía que al abandonarlos nos deseaban: ¡ Feliz Viaje !

De expedita manera arribamos a Temamatla (en el km 56), donde tras surtirnos de líquidos, iniciamos el ascenso al puerto de Tenango del Aire, en una cuesta de 5.5 km donde ascendimos 125 m (pendiente: 2.3 %). Lo fenomenal de este ascenso fué que en la parte final, se soltó un viento en contra (proveniente de Tenango del Aire) que prácticamente paraba la pendiente. Sin embargo, nada puede detener a los Lobos y pronto arribamos al centro de Tenango, justo frente al kiosko y a la torre del reloj, a un costado de la iglesia de San Juan Bautista.

Uno a uno fueron llegando todos los integrantes de esta infernal grupeta al kiosko de Tenango. Una vez compactados procedimos a tomarnos las fotos de rigor frente a la monumental torre del reloj, y sobre todo, frente a la fachada de la iglesia de San Juan Bautista, cuyo atrio lamentablemente, volvimos a encontrar cerrado :-( Debido al inclemente frío que se soltó en los últimos minutos de nuestra estadía en Tenango, decidimos apresurar el retorno (no sin antes departir unos momentos con el loco del pueblo, que a esas horas deambulaba a gritos por la plaza principal).

Emprendimos el descenso con sumo cuidado, evitando de último momento el encontronazo con tres lugareños, quienes al amparo de la ligereza que el alcohol provee, habían decidido utilizar a esas horas la carretera que baja a Temamatla como su provisional lecho para dormitar. Invertimos ahora la ruta, cruzando nuevamente por aquellos poblado y parajes que una vez más nos recibían y despedían de veloz manera, como sonriéndonos con nocturnos y felinos ojos, diciéndonos entre dientes ! Au revoir !

Pronto arribamos nuevamente al centro de Tláhuac, donde el encanto que produce el paso a través de la terra incógnita desapareció ligeramente, para dar lugar a la seguridad que el conocer plenamente la ruta provee. De allí retomamos Av Tláhuac, Av Taxqueña (donde esperamos un tiempo a que Ricardo hiciera su aparición), y Tlalpan. Sería ya sobre Tlalpan que nos iríamos despidiendo unos a otros para tomar la mejor dirección para arribar a nuestras casas, contentos y satisfechos por haber logrado coronar con éxito una misión más.

Mis mas sinceras felicitaciones a todos los audaces integrantes de esta larga y fría rodada nocturna, en particular a Gaby, quien se aventó la rodada completa, con tan sólo ... ¡ dos horas de sueño ! Ah, y sobre todo, felicitaciones al grupo, pues en este viaje ... ¡ no hubo ninguna ponchadura ! :-)

Todas las fotos de esta rodada se encuentran en el siguiente photoset.

Te esperamos para nuestra próxima rodada nocturna, esta vez hacia ... ¡ Las Pirámides de Teotihuacán !

viernes, 4 de enero de 2008

Reporte: Rodada Nocturna a Texcoco de Mora (Edo Mex), Enero 03 2008








Diez avezados ciclistas decidimos dar una vez más un paso contra los tabúes, y sobre todo: contra el cruento frío de esta particular noche, y emprendimos gustosos una nocturna aventura más: la rodada a Texcoco :-)

Nos empezamos a reunir en el Ángel a las 21:00. A pesar del inusual frío pronosticado para esa noche, se encontraban ya presentes los ciclistas mas férreamente disciplinados del grupo: Gabriela, Clemente, Ricardo, Quique, Héctor y George. Un servidor llegaría un poco después: a las 21:05. Debido al intenso frío decidimos esperar un poco más allá de la hora de salida estipulada de las 21:15 a fin de dar oportunidad de llegar a quien estuviera en camino, decidiendo por tanto salir a las 21:30. La espera rindió frutos pues pudieron arribar al Ángel Luis, Romy y Leonardo.

Tomamos la ruta establecida: Dr. Río de la Loza, Fray Servando, Francisco del Paso y Troncoso, Oceanía, Vía Tapo y la autopista a Texcoco. Esta ruta corta a Texcoco nos permitió arribar a nuestro destino tras tan sólo 35 km de recorrido. Lo más hermoso de esta ruta es que cruzamos por lugares desconocidos y hasta cierto punto off-limits, como el distribuidor vial de Oceanía, distribuidor bastante largo que nos permitió contemplar la ciudad desde las alturas por un buen tiempo, con esa embrujante atmósfera que sólo la noche puede imprimirle a los paisajes. Lamentablemente no pude tomar fotos de nuestro paso sobre las alturas del distribuidor de Oceanía, pero el horno no estaba para bollos :-)

Tras concluir el distribuidor, tomamos la Av 602 (Vía Tapo), la cual nos colocaría rápidamente en la entrada de la autopista de cuota México-Texcoco. Sería precisamente en el inicio de la autopista (en el cruce con Periférico), que dos ciclistas más se sumarían a la causa: Jesse e Israel, del grupo ciclista Lizards de Texcoco: ¡ Bienvenidos a bordo !

Tras cruzar la caseta de cuota, los hostilidades se rompieron, el grupo puntero (Leonardo, Héctor, Jesse, Israel y un servidor) se comenzó paulatinamente a despegar del resto del grupo, construyendo una brecha a lo largo de los 16 kilómetros que mide la autopista. Sería en los últimos kilómetros donde, liderados por Leonardo (ex-corredor de Benotto), lo más rápidos se despegarían aun más, dejando a este humilde servidor mordiendo el polvo en el último par de klilómetros :-) Calculo que ellos terminaron la pista rondando los 40 km/hr.

La autopista a Texcoco constituye una impresionante recta que pasa al lado de la Laguna de Texcoco, excelentemente asfaltada y señalizada, y lo mejor para nosotros ciclistas nocturnos: completamente gratis :-) Otra situación off-limits que alcanzamos en esta aventura fue el haber rodado (tanto de ida como de regreso) sobre el primer carril de los autos, es decir: no sobre el acotamiento, lo cual, permítanme expresarles, constituyó una experiencia inolvidable. Es prácticamente indescriptible el placer que se siente al haber rodado sobre la recta, en el carril de baja de los autos, enmedio de la noche más negra (pues casi no había luna), con los autos pasando cortésmente por la derecha al lado de nosotros. Algunos autos inclusive nos escoltaban (con las intermitentes puestas) sobre algunos tramos de la pista :-)

Al término de la pista procedimos a esperar al grueso de los ciclistas que nos acompañaban. Poco a poco hicieron su arribo Ricardo, Romy, Quique, Gaby y Clemente. Una vez reagrupados procedimos a entrar a Texcoco, hacendo nuestro arribo a las 23:20, buscando afanosamente el centro para descanzar, comer algo y tomar las consabidas fotos. Sin embargo, y para sorpresa del respetable, Texcoco parece tener un centro no claramente señalizado, pues no fue trivial dar con los elementos que comúnmente caracterizan a los centros de las localidades. De hecho, el centro de Texcoco se encuentra hasta cierto punto descentralizado, pues ¡ el Palacio Municipal está por un lado, la plaza con kiosko por otro y la entrada de la Catedral por otro ! Comúnmente, los centros de los pueblos o ciudades poseen en la misma cuadra los tres anteriores elementos (palacio, catedral y plaza). Debido a esta inusual distribución de estos elementos arquitectónicos tardamos un poco en llegar a cada uno de ellos.

Lo primero que hicimos al llegar a Texcoco fue parar en un Oxxo, pues el hambre y el frío ya venían haciendo estragos en nosotros. Tras una pausa, continuamos hacia el Kiosko del centro de la Plaza, frente a los Portales, donde continuamos degustando una deliciosas tortas locales. Una ves satisfechos los terrenales apetitos, procedimos a visitar el Palacio Municipal (de arquitectura ciertamente modernista), y la Catedral de Texcoco, cuya imponente y sólidamente construida facha es ciertamente impresionante. Tras haber tomado las fotos de rigor, emprendimos el inicio del retorno a la Ciudad de México, hacia las 00:45.

Nos reincorporamos a la autopista, ahora en dirección a México. El retorno fue bastante rápido, ya que ahora había aun menos tráfico sobre la pista. En el entronque con Períférico se despidieron de nosotros Jesse e Israel, del grupo Lizards, pues ya los esparaba allí la camioneta que los llevaría a su destino: ¡ Buen viaje chicos y gracias por habernos acompañado en esta rodada !

Continuamos nuestro trayecto hacia el Ángel siguiendo exactamente la ruta inversa: Av Texcoco, Vía Tapo, Oceanía, Artilleros, Izazaga, Chapultepec para llegar finalmente al Ángel a las 02:30 para terminar la expedición Gaby, Clemente, Ricardo, Quique y un servidor. Héctor y Romy se habían despedido del grupo sobre Av Cuauhtémoc y Leonardo a la altura de la TAPO.

Mis más sinceras felicitaciones a esta singular grupeta infernal que ha decidido tomar el toro por los cuernos y rodar las más singulares aventuras nocturnas por las autopistas circunvecinas a la Ciudad de México. ¡ Son ustedes mis héroes ! ;-)

Las fotos de esta rodada se encuentran en el siguiente photoset de Flickr.

Los esperamos en la siguiente rodada nocturna: ¡ A Tenango del Aire (Edo Mex) ! :-)